La apropiación de las Naciones Unidas por EE.UU.

Los llamados de la cumbre del Movimiento de No Alineados (MNA) en Teherán a que se reformen las Naciones Unidas y se democratice el Consejo de Seguridad no fueron exactamente nuevos. Esos llamados a la reforma de la ONU estuvieron encarnados en la máxima de la conferencia: “paz duradera mediante gobierno global conjunto”. Esas demandas han sido formuladas una y otra vez por diversos países y grupos a lo largo de los años.

Tampoco eran amigos de Irán o estaban abiertos a las propuestas iraníes de reforma de las Naciones Unidas todos los que estaban presentes en la gala de MNA en Teherán. El visiblemente conmocionado Jeffrey Feltman, sentado incómodamente con funcionarios iraníes junto a su nuevo jefe Ban Ki-moon, puede testimoniar todo esto. Feltman es un símbolo evidente de cuán contaminadas están las Naciones Unidas por los intereses imperialistas de Washington.

La manipulación de las Naciones Unidas a favor de los intereses imperialistas, sin embargo, data de mucho tiempo. Desde su origen, las Naciones Unidas tuvieron el propósito de facilitar la influencia global de EE.UU. después de la Segunda Guerra Mundial. La idea de las Naciones Unidas, que debe su nombre a la coalición militar (llamada Naciones Unidas) de los países aliados formada contra Alemania y los países del Eje, se basó en un acuerdo elaborado por EE.UU. y el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Ese acuerdo, la Carta del Atlántico, fue escrito mientras EE.UU. era oficialmente neutral, pero apoyaba en secreto el esfuerzo de guerra británico contra Alemania y sus aliados del Eje enviando suministros a Gran Bretaña a través de Canadá. EE.UU. utilizó posteriormente el ataque japonés en Hawái como justificación para entrar a la guerra y hacer que los otros aliados aceptaran la Carta del Atlántico anglo-estadounidense durante la guerra y después en la Conferencia de San Francisco en 1945.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas

La cantidad de miembros de la ONU creció de cincuenta y uno a ciento cincuenta y nueve entre 1945 y 1985, y la mayoría de los nuevos países miembro eran antiguas colonias. La ONU fue utilizada como instrumento para controlar la mayoría de esas antiguas colonias europeas occidentales y estadounidenses del Tercer Mundo. Al principio EE.UU. y sus aliados de posguerra mantuvieron su dominación sobre la recién formada ONU y las antiguas colonias a través de su número y luego mediante un monopolio del bloque occidental sobre las estructuras de las Naciones Unidas. Ese monopolio incluye el control sobre las agencias y los derechos a veto de los miembros permanentes en el Consejo de Seguridad de las Naciones de 15 miembros.

El Consejo de Seguridad ha sido utilizado sobre todo por EE.UU. como medio para proteger sus intereses. El propósito del veto en el Consejo de Seguridad es rechazar cualesquiera resoluciones y consensos internacionales que contravengan los intereses nacionales (o más precisamente los intereses de las elites gobernantes) de EE.UU. y de las otras principales potencias posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Con la excepción de su rival la Unión Soviética, EE.UU. controló o influenció fuertemente a los otros tres miembros permanentes con poder de veto del Consejo de Seguridad de la ONU. Gran Bretaña y EE.UU. estaban esencialmente confederados y se habían integrado en 1941 mediante la Carta del Atlántico anglo-estadounidense. Francia, una potencia en decadencia como el Reino Unido, dependía fuertemente de EE.UU. El escaño chino también estaba originalmente en manos del Kuomintang (Partido Nacionalista chino), un cliente de EE.UU.

El general estadounidense Albert C. Wedemeyer fue jefe del Estado Mayor del generalísimo Chiang Kai-shek, líder de China gobernada por el Kuomintang antes que Kai-shek huyera a Taiwán después que el Partido Comunista de China ocupó China continental. EE.UU. incluso previó un papel del Kuomintang en el gobierno de las ex colonias francesas de Indochina. Washington recién perdió el control del puesto de China en el Consejo de Seguridad en 1971 cuando la República Popular de China fue reconocida como el legítimo representante del pueblo chino por la mayoría de la Asamblea General de la ONU, y por ello entregó el puesto permanente de Taiwán en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Aunque la Unión Soviética utilizó originalmente la mayor parte de los vetos en el Consejo de Seguridad, la situación comenzó a cambiar hacia la segunda mitad de la Guerra Fría y en la era posterior a ésta cuando EE.UU. comenzó a liderar en el uso del veto. Irónicamente, EE.UU. y sus aliados dicen que el sistema internacional está fracasando ahora debido a los dobles vetos de China y Rusia que impiden la intervención extranjera en Siria. Nunca se han formulado quejas semejantes por los numerosos vetos de Washington en apoyo a Israel.

Finalmente el Consejo de Seguridad de la ONU fue más allá de la función de proteger los intereses de EE.UU. después del colapso de la Unión Soviética. Se convirtió en un instrumento para proyectar globalmente los intereses de EE.UU. cuando Washington comenzó a presionar por la hegemonía unipolar posterior a la Guerra Fría. Los dobles vetos de China y Rusia representan un fin de la Pax Americana y del uso del Consejo de Seguridad de la ONU para proyectar el poder de EE.UU.

El Secretariado de las Naciones Unidas

Aparte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Secretariado de las Naciones Unidas ha estado predominantemente bajo el control de EE.UU. y sus aliados. Al principio esto tuvo lugar porque EE.UU. y el bloque occidental contaban con una superioridad numérica en las Naciones Unidas. Por lo tanto, los dos primeros secretarios generales de la ONU provinieron de los reinos europeos occidentales de Noruega y Suecia. Antes de esto, el barón Hubert Gladwyn del Reino Unido fue el secretario general interino de la ONU. El diplomático sueco Dag Hammarskjold sirvió visiblemente los intereses de EE.UU. y del bloque occidental hasta el punto que los soviéticos y otros exigieron que fuera removido del Secretariado de la ONU.

A medida que el bloque occidental comenzaba a perder su ventaja numérica, el control sobre el Secretariado fue mantenido a través del Consejo de Seguridad. El Consejo de Seguridad lo hace filtrando a todos los candidatos al máximo puesto de la ONU en el Secretariado. Los secretarios generales de la ONU son nombrados por la Asamblea General sobre la base de recomendaciones del Consejo de Seguridad. Por lo tanto, EE.UU. y los demás miembros permanentes del Consejo de Seguridad poseen el derecho a veto que puede eliminar a cualquier candidato que parezca hostil a sus intereses.

Las denuncias del premier soviético Nikita Jrushchov sobre el Secretariado de las Naciones Unidas, que ayudó a deponer del poder a líderes nacionales en toda África y en el Tercer Mundo, contienen una resonante verdad. Después de una larga lista de secretarios generales que fueron predominantemente favorables al bloque occidental, el Movimiento de No Alineados impuso a un candidato del MNA al Secretariado de la ONU. La posición del MNA fue la base para la elección del diplomático egipcio Boutros Boutros-Ghali al puesto de secretario general de la ONU en 1992.

Boutros-Ghali fue lo más parecido al último secretario general independiente de las Naciones Unidas. El mundo, sin embargo, cambió rápidamente desde el fin de la Guerra Fría y Washington esperaba un grado mucho mayor de subordinación del Secretariado de la ONU. Después de la Guerra Fría se esperaba que los secretarios generales actuaran como leales auxiliares de EE.UU. Esto comenzó con el burócrata de carrera ghanés Kofi Annan.

Kofi Annan: Un facilitador de la “Responsabilidad de Proteger”

Dicho sea a su favor, Annan es un sagaz personaje diplomático que sabe cómo mostrar imparcialidad, pero ha servido astutamente a EE.UU. mientras aparenta ser evasivo. Aparte de los informes públicos sobre la participación de Annan y su hijo Kojo en el escándalo de petróleo por alimentos de Iraq en la ONU, el antiguo secretario general tiene una historia de legitimación del intervencionismo estadounidense y la ocupación de otros miembros de la ONU. El diplomático de carrera estadounidense Richard Holbrooke, quien fue uno de los personajes centrales involucrados en la balcanización de Yugoslavia, elogió a Annan como una de las personalidades más alentadoras para la política exterior de Washington en los Balcanes. Por eso Boutros Boutros-Ghali fue apartado del puesto de secretario general de la ONU por el veto de Washington para abrir el camino a Annan.

Annan siguió las órdenes de Washington en Haití. Siguió al pie de la letra el guión de George W. Bush Jr. y de los neoconservadores en Haití y legitimó el golpe dirigido por EE.UU., con la participación de Canadá y Francia que derrocó al presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide. Dio de modo criminal la cobertura de las Naciones Unidas a Washington en la ocupación de Haití.

Kofi Annan también sirvió para ayudar a preparar la doctrina “Responsabilidad de Proteger” (R2P) junto con diplomáticos canadienses para justificar intervenciones militares extranjeras. Dos años después de la invasión anglo-estadounidense de Iraq, puso su sello de goma a R2P en 2005, que solo se convirtió en un término reinventado para reemplazar la “intervención humanitaria” de la OTAN. Antes de que Annan fuera nombrado enviado de paz conjunto de la Liga Árabe y de las Naciones Unidas para resolver la crisis siria, participó como panelista en una discusión sobre R2P e intervencionismo el 4 de noviembre de 2011. El evento es importante, porque da una idea de la posición de Annan.

El panel (Responsabilidad de Proteger – 10 años después: Reflexiones sobre su pasado, presente y futuro) apoyó innegablemente R2P y la OTAN. Los comentarios de Annan no fueron la excepción. El ex secretario general y próximo enviado de paz dijo a la audiencia que apoya una posición favorable a la intervención militar por EE.UU. y la OTAN. Dijo específicamente a la audiencia que apoyaba la intervención militar de la OTAN en la Jamahiriya Árabe Libia y dio tácitamente su apoyo a un escenario similar en Siria. Dos de los personajes que participaron en el evento, Allan Rock (presidente de la Universidad de Ottawa y ex embajador canadiense en la ONU) y Lloyd Axworthy (presidente de la Universidad de Winnipeg y ex ministro de exteriores canadiense), coautor de un artículo sobre R2P elogiando la guerra en Libia como victoria de la R2P una semana antes en preparación para la llegada de Annan a Ottawa.

Ban Ki-moon: un ejecutor de “Responsabilidad de Proteger”

El diplomático sudcoreano Ban Ki-moon es aún más un auxiliar atlanticista que Annan. Su historial ha sido extremadamente atroz. Una de las primera cosas que hizo en 2007 fue unirse a EE.UU. en la crítica a las naciones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra por “acusar a Israel” por sus violaciones de los derechos humanos.

En 2008, Ban Ki-moon negoció y firmó en secreto un acuerdo de cooperación con la OTAN. El ministro de exteriores ruso Sergei Lavrov expresó su consternación y el Kremlin su molestia por la confabulación de Ban Ki-moon. R2P fue central en el acuerdo de cooperación entre la OTAN y el Secretariado de la ONU. La “intervención humanitaria” de la OTAN fue elevada a un nivel mundial a través de la cobertura de la intervención militar potencial bajo la bandera de la ONU.

Además, ese instrumento de intervención solo podía ser explotado y autorizado por el poco democrático Consejo de Seguridad de la ONU y sus miembros con poder de veto. Paralelamente los puestos de subsecretario general para asuntos humanitarios y ayuda de emergencia fueron entregados a diplomáticos británicos de carrera, uno de los cuales es Valerie Amos, quien ha tratado mal intencionadamente de pasar por alto al gobierno sirio estableciendo vínculos con organizaciones no gubernamentales sirias (ONG).

En 2011, Ban Ki-moon tomó pasos para cabildear y presionar personalmente a todos los países del Mar Mediterráneo para que apoyen a Israel e impidan que cualquier ayuda humanitaria llegue a los palestinos en la Franja de Gaza por barco. Ban Ki-moon ignoró el bloqueo militar ilegal de Tel Aviv contra Gaza y su violación del derecho internacional. En su lugar, exigió en términos orwellianos la imposición del ilegal bloqueo israelí, que calificó de “canales legales del gobierno israelí relacionados con el flujo de bienes y ayuda” a los habitantes de Gaza. En 2012, Ban Ki-moon también se negó a reunirse con representantes de familias de las víctimas palestinas y de cautivos dentro de Israel mientras visitaba Gaza. A la inversa, Ban Ki-moon hizo esfuerzos personales a fin de lograr la liberación del soldado israelí capturado, Gilad Shalit. Como resultado de la parcialidad de Ban Ki-moon muchos palestinos lanzaron zapatos y piedras a su convoy de la ONU cuando entró a la Franja de Gaza.

Cada matiz de la voz de Ban Ki-moon y cada línea de sus declaraciones sirven los intereses de Washington. Incluso antes de que el secretario general partiera a Teherán a la cumbre del MNA, su portavoz Farhan Haq declaró a Canadian Broadcasting Corporation (CBC) que su jefe iba a Teherán como parte de sus responsabilidades y que la visita “no confiere legitimidad” a sus anfitriones iraníes. El hecho de hacer evaluaciones políticas de este tipo sobre la legitimidad de cualquier gobierno es una violación del mandato de un secretario general de la ONU, de quien se espera que sea un personaje neutral y un moderador que represente a todos los miembros de la ONU. Además, Ban Ki-moon hizo todo lo posible por defender a Israel en la cumbre del MNA. Su discurso también fue coordinado con el informe politizado del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con la intención de mancillar la imagen de Teherán durante la cumbre del MNA.

Respecto tanto a Libia como a Siria, Ban Ki-moon ha seguido el guión de EE.UU. y de la OTAN a favor de R2P y cambio de régimen. Cuando se lanzó un gran esfuerzo propagandístico contra Siria después de la Matanza de Houla, Ban Ki-moon y otros funcionarios de la ONU siguieron rápidamente la línea de EE.UU. y condenaron a Damasco en una sesión especial de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. La condena del 8 de junio del secretario general Ban Ki-moon fue hecha a pesar de que estaba ampliamente documentado que fuerzas antigubernamentales fueron responsables de los asesinatos en Houla.

El alto funcionario de la ONU dijo que cada día que pasa agrega “nuevos hechos al trágico catálogo de atrocidades: ataques contra civiles, brutales violaciones de los derechos humanos, arrestos masivos, tortura, asesinatos al estilo de ejecuciones de familias enteras” en Siria. Concluyó que el gobierno sirio había “perdido toda legitimidad” y debía dejar el poder. Esto, de nuevo, fue otra violación de la posición neutral que según su mandato debe mantener el secretario general de la ONU.

Jeffrey Feltman: ¿el verdadero Secretario General de las Naciones Unidas?

El nombramiento por Ban Ki-moon del cavernoso y cómico diplomático de carrera estadounidense Jeffrey Feltman como subsecretario general de la ONU para asuntos políticos es solo una de sus recientes acciones que sirven intereses de EE.UU. Feltman, un desvergonzado carrerista que ha hecho todo lo posible por destacar su propia persona, ha estado exclusivamente al servicio de la justificación de lo injustificable, pretendiendo ser experto en Medio Oriente. Como máximo diplomático de EE.UU. en Medio Oriente, a diferencia de sus homólogos de otros países, no ha logrado dominar ninguno de los lenguajes locales de la región. Además, fue cómplice en la guerra israelí contra Líbano en 2006 y como funcionario diplomático cómplice en dos ocupaciones en el extranjero.

Como Robert Gates, Feltman es un legado al gobierno de Obama del gobierno de Bush Jr. Fue asistente especial en Israel del influyente dirigente del Comité EE.UU.-Israel de Asuntos Públicos (AIPAC), Martin Indyk, y representante en el Consulado General de EE.UU. en Jerusalén. Todo lo que sabe sobre Medio Oriente es conformado y le es servido por los parciales puntos de vista de AIPAC. Fue representante de la Autoridad Provisional de la Coalición en Iraq bajo ocupación anglo-estadounidense y posteriormente una fuerza central en la promoción del odio y la división sectaria en Líbano como embajador de EE.UU. en Beirut, antes de ser promovido al puesto de secretario adjunto de Estado de EE.UU. responsable por Medio Oriente. Se sabe que el Tribunal Especial de la ONU para Líbano (STL), un circo político que Washington ha utilizado para tratar de inculpar y aislar primero a Siria y luego a Hizbulá, es su proyecto preferido.

Incluso antes que Feltman llegara a Teherán una de las primeras cosas que hizo fue declarar que Irán está enviando armas a Siria. Esto fue inmediatamente reproducido por sus amigos (contactos) en los medios israelíes que lo han favorecido durante años como uno de los partidarios más ardientes de Israel. Entre otros, los medios israelíes también trataron arteramente de mencionar lo menos posible el nombre de Feltman y en su lugar atribuyeron su declaración a todas las Naciones Unidas a fin de ocultar la fuente parcial de sus declaraciones y otorgar más peso a su opinión.

El nombramiento de Feltman por Ban Ki-moon muestra hasta qué punto controla Washington el Secretariado de la ONU. Su nombramiento como individuo responsable de “asuntos políticos” dice mucho sobre la perspectiva política que el Secretariado de la ONU ha adoptado o adoptará. Si Hillary Clinton había ordenado a funcionarios estadounidenses que espiaran a Ban Ki-moon como se informó en 2010, no debe caber duda de que

Jeffery Feltman estaba controlando a Ban Ki-moon en Teherán para el Departamento de Estado de EE.UU. y que Feltman informará a Washington sobre la cumbre del MNA. En esencia, Feltman fue el representante informal de EE.UU. en la cumbre del MNA. También es una pregunta muy legítima si Feltman o Ban Ki-moon está a cargo del Secretariado de la ONU.

Irán había anunciado que tiene la intención de proponer un plan de paz, con el apoyo de Rusia y China, para terminar la crisis siria al margen de la conferencia del MNA. Los emisarios de EE.UU. también estuvieron en la cumbre. Es muy probable que la invitación a los turcos a la cumbre del MNA y la presencia de Feltman y de los funcionarios de los países árabes que participan en el sitio contra Damasco, como el emir de Catar Hamad bin Khalifa Al-Thani, tengan que ver con negociaciones respecto a Siria. Lo mismo vale para la presencia del presidente Mursi de Egipto. EE.UU. y sus clientes se han dado cuenta que sus planes en Siria no han tenido éxito y eso puede haberlos llevado secretamente a la mesa en Teherán o lo hará en el futuro.

Se necesita una nueva alternativa para las Naciones Unidas

La “verdadera” comunidad internacional dio una bofetada al gobierno de Obama desde Teherán. EE.UU. y todas las estructuras y agencias de la ONU, incluido el OIEA, bajo el control de Washington, recibieron una dura respuesta cuando todos los ciento veinte miembros del MNA apoyaron unánimemente en su comunicado final el programa de energía nuclear iraní y declararon su oposición a las sanciones unilaterales contra Irán. Sin embargo, se necesita más. Mientras las Naciones Unidas no sean reformadas esos mismos países caminarán en la sombra de EE.UU. y sus aliados de OTANistán en los corredores de las Naciones Unidas.

Los problemas van más allá del Consejo de Seguridad. El Secretariado también es parte del problema. Washington se volverá más y más hacia el Secretariado de la ONU mientras rusos y chinos comienzan a cuestionar a EE.UU. y sus aliados en el Consejo de Seguridad.

La ONU ha sido aún más contaminada por proyectos atlanticistas para utilizarla a fin de legitimar y lanzar campañas militares imperialistas para imponer un sistema decadente de gobierno global de privilegio e injusticia dirigido por Washington. Las motivaciones tras la preparación e institucionalización de R2P en la ONU apuntan a ayudar a impedir esa decadencia. Por eso se necesita ahora más que nunca una reforma o una alternativa a las Naciones Unidas.

Mahdi Darius Nazemroaya es sociólogo e investigador asociado del Centre for Research on Globalization (CRG), con sede en Montreal. Está especializado en temas de Oriente Próximo y Asia Central. Ha sido colaborador e invitado en las discusiones sobre Oriente Medio en numerosos programas y redes internacionales como Al Jazeera, Press TV y Russia Today. Permaneció en Libia durante la campaña de bombardeos de la OTAN, informando desde allí para varias cadenas de noticias. También es corresponsal especial de Flashpoints, un programa con sede en Berkeley, California. Sus artículos se han publicado en más de diez idiomas. Escribe también para la Strategic Culture Foundation de Moscú.

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Press TV 3 de septiembre de 2012


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About the author:

An award-winning author and geopolitical analyst, Mahdi Darius Nazemroaya is the author of The Globalization of NATO (Clarity Press) and a forthcoming book The War on Libya and the Re-Colonization of Africa. He has also contributed to several other books ranging from cultural critique to international relations. He is a Sociologist and Research Associate at the Centre for Research on Globalization (CRG), a contributor at the Strategic Culture Foundation (SCF), Moscow, and a member of the Scientific Committee of Geopolitica, Italy.

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