El ‘Gran Juego’ y la Conquista de Eurasia: ¿Hacia una Tercera Guerra Mundial?

¿Hacia una Tercera Guerra Mundial? (1° Parte)

“Las grandes guerras de la historia – hemos tenido una guerra mundial cada siglo durante los últimos cuatro siglos – son el resultado, directo o indirecto, del crecimiento desigual de las naciones, y el crecimiento desigual no es del todo debido al mayor genio y energía de algunos países en comparación con los demás; es fundamentalmente el resultado de la desigual distribución de la fecundidad y las oportunidades estratégicas sobre la faz de nuestro planeta. En otras palabras, no existe en la naturaleza tal cosa como la igualdad de oportunidades para las naciones. A menos que los hechos de la geografía sean completamente malinterpretados, me gustaría ir más lejos, y decir que la agrupación de las tierras y los mares, y de la fertilidad y las vías naturales, es tal que se traduce en el crecimiento de imperios, y finalmente de un único Imperio Mundial. Si vamos a realizar nuestro ideal de una Liga de Naciones, que será obstáculo para la guerra en el futuro, debemos reconocer estas realidades geográficas y tomar medidas para contrarrestar su influencia.”

– Halford J. Mackinder, (Ideales Democráticos y Realidad, 1919)

El 17 de septiembre de 2009 había respiros de alivio públicos de ciudadanos en todo el mundo y personas de Europa del Este cuando el Presidente Barack H. Obama declaró que el escudo antimisiles estadounidense en Polonia y la República Checa estaba siendo abandonado. Parecía que el planeta se dirigía hacia la paz. Conrad Black, en un editorial canadiense, había llegado incluso a sugerir la creación de nuevas esferas de influencia en Eurasia con Moscú:

Debemos entonces volver a una versión benigna de la técnica consagrada por el tiempo de repartir Eurasia (pero no Polonia) con Rusia. Debemos colaborar con Rusia para suprimir el extremismo en las antiguas repúblicas soviéticas de Asia, incluida Chechenia, y dejarles obtener las dos provincias de Georgia que incautaron efectivamente en 2008, y la mitad oriental, de habla rusa, de Ucrania y Bielorrusia, si eso es lo que los pueblos quieren, y llevar el resto definitivamente a la OTAN y la UE. [1]

Sin embargo, el proyecto de escudo antimisiles cerca de la frontera con Rusia no está siendo abandonado. [2] El proyecto militar estadounidense se está ampliando tal como estaba previsto originalmente en la década de 1990. Este implicará una armada naval de buques rodeando Eurasia desde el Mar Báltico, el Mar Negro y el Mediterráneo Oriental hasta el Golfo Pérsico, el Mar de China Meridional y el Mar Amarillo.

Los componentes terrestres del escudo antimisiles también serán mantenidos y ampliados en los Balcanes, Israel, Corea del Sur y Japón.

Las piezas de ajedrez para un colosal proyecto geoestratégico son puestas en su lugar y unidas. El objetivo final de este proyecto es el cerco y el control de Eurasia a través de las botas de una máquina en continua expansión militar. Si bien estos avances son apenas cubiertos por los medios de comunicación, el destino de la humanidad, literalmente, pende de un hilo.

Es debido a este proyecto para conquistar Eurasia que Rusia, China e Irán se han acercado el uno al otro e impulsado un frente unido en Eurasia contra Estados Unidos y sus cohortes.

Las tres naciones de Eurasia están rodeadas por un anillo de bases militares estadounidenses, alianzas militares dominadas por Estados Unidos y la OTAN, y gobiernos hostiles y armados apoyados tanto por el gobierno y el ejército estadounidense.

La guerra entre Georgia y Rusia por Osetia del Sur, los ataques terroristas contra las provincias fronterizas de Irán, las tensiones entre Corea del Norte y Corea del Sur, las revueltas en el oeste de China, y la oleada de así llamadas “revoluciones de colores” desde Líbano y Moldavia al Centro y el Sudeste Asiático son parte integral de esta confrontación geopolítica. Las dimensiones globales de este proceso de militarización no se limitan a Eurasia. Desde Centro y Sudamérica a África, el Círculo Polar Ártico y el Océano Índico, los ingredientes principales para una Tercera Guerra Mundial, están siendo ensamblados.

Lucha entre Círculos “Eurasianistas” y “Pro-occidentales” en el Kremlin

La narración por el señorío sobre Eurasia comienza en muchos lugares y tiempos diferentes, pero para todos los efectos, los pasillos del poder político en la Rusia postsoviética, en el Kremlin, tras el colapso de la URSS y el fin de la Guerra Fría han jugado un papel crucial.

Rusia desde su reaparición el 26 de diciembre de 1991 fue inundada por la incertidumbre. Sus elites se enfrentaron a la cuestión de sucumbir aún más al poder de Estados Unidos y la UE, o bien convertirse en su socio menor o en un Estado dependiente. La nueva Rusia reemergente también enfrentaba todas las condiciones de colapso económico y social de los llamados “estados fallidos”.

Después de la desintegración de la URSS, la política de orientación occidental o atlantista y la política orientada a Eurasia estaban en conflicto de Rusia y las otras ex repúblicas soviéticas mientras sus líderes comenzaban a buscar su lugar en el orden internacional post-Guerra Fría.

Los círculos “pro-occidentales” en el espacio post-soviético presionaban por una alineación estratégica con Occidente. Estaban a favor de una política de carácter europeo, incluyendo algún tipo de integración con la UE, así como un impulso hacia la organización política de Europa. Por otro lado, los círculos “eurasianistas” fomentaban una cooperación estratégica con las potencias asiáticas, así como la cooperación con Europa. Este enfoque fue motivado por el carácter dual de la Federación Rusa y el espacio post-soviético en Europa y Asia.

Los eurasianistas también sabían que el próximo siglo vería el ascenso de China como superpotencia mundial, y que la región del Asia-Pacífico sería el centro de la economía global y los asuntos internacionales.

Rusia se enfrenta tanto Europa y Asia como a occidentalistas y eurasianistas en pugna unos contra otros en los círculos políticos rusos y en el Kremlin.

Con la expansión de la OTAN y la constatación de que la Federación Rusa estaba en la mira de Estados Unidos la balanza comenzó a inclinarse a favor de los eurasianistas. El punto de vista eurasianista y lo que eventualmente sería llamado la Doctrina Primakov prevalecerían sobre las camarillas políticas “europeístas” y “pro-occidentales” en Moscú.

El arquitecto de la Doctrina Primakov fue Yevgeny Primakov. Primakov fue el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia desde 1996 hasta 1998, y más tarde se convertiría en Primer Ministro de Rusia en 1998. Primakov puso todo su empeño en hacer que Rusia adoptara una política estratégica de multilateralismo global y la idea de formular una estrategia eurasianista como funcionario de políticas del Kremlin.

La Doctrina Primakov y la Triple Entente Euroasiática

“Así como ninguno de nosotros está fuera o más allá de la geografía, ninguno de nosotros está completamente libre de la lucha por la geografía. Esa lucha es compleja e interesante, ya que no se trata sólo de soldados y cañones, sino también de ideas, de formas, de imágenes y fantasías.”

-Edward Wadie Said, (Cultura e imperialismo, 1993)

Si las perspectivas de que China se convierta en una superpotencia mundial son reales, entonces la materialización de una sólida alianza euroasiática compuesta por Rusia, Irán, India y China sin duda daría lugar a una “mega potencia” euroasiática.

Tal “mega potencia” euroasiática empequeñecería a Estados Unidos, quien hoy es la superpotencia global. En el mejor de los casos, Estados Unidos se convertiría en una potencia secundaria como Francia, Gran Bretaña, Alemania y Japón en comparación con los Estados Unidos actuales. Dentro de este contexto, la materialización de una entidad euroasiática fuerte ha sido históricamente saboteada, obstruida, y contrariada tanto por estrategas británicos como estadounidenses en lo que se describe mejor como “Eje Anglo-Estadounidense”.

Históricamente, Londres siempre ha trabajado en tratar de prevenir el surgimiento de una potencia rival fuerte en el continente (Eurasia). Halford Mackinder ,el llamado “padre de la geopolítica” no era el hombre que ideó o imaginó estas ideas, pero sí articuló estas características en la política británica. Estados Unidos sólo ha heredado esta estrategia.

Una auténtica “mega potencia” euroasiática sería una pesadilla geoestratégica para las elites anglo-americanas y sus intereses. En este contexto, la profundización de la cooperación entre Rusia, China e Irán se podría denominar la ” pesadilla geoestratégica de Halford Mackinder.” La Doctrina Primakov en este sentido es una refutación de la advertencia euroasiática de Mackinder sobre la amenaza estratégica a Gran Bretaña y jugadores similares, como Estados Unidos, de un actor continental fuerte.

En 1996, los responsables de las decisiones en Rusia se dieron cuenta que la Federación Rusa era vista más como un territorio colonial a dividirse en esferas que como un socio igual por parte de Estados Unidos y Europa Occidental. Desde entonces, la Doctrina Primakov comenzó a ganar adeptos y a consolidarse en Moscú. Bajo la Doctrina Primakov los líderes del Kremlin estaban preparados para establecer una alianza estratégica entre Moscú, Pekín y Nueva Delhi. Teherán fue también visto favorablemente como un cuarto miembro adicional de la entente euroasiática que Rusia buscaba.

Primakov puso énfasis en la coordinación estratégica con Irán. Teherán, por su importancia geoestratégica y fuerza como potencia regional de la región de Medio Oriente-Norte de África (MENA), fue agregada, finalmente, en el marco de la Doctrina Primakov por los planificadores de política exterior eurasianistas del Kremlin. De las semillas de la Doctrina Primakov, una coalición reacia comenzó a formarse entre China y Rusia, a la que más tarde se incorporará Teherán, mientras que Nueva Delhi ha mantenido cordialmente su distancia.

Cambio de Equilibrio Global: De la “Coalición de Reacios” a la “Contra-Alianza Global”

“Tenemos el deber de recordar que las causas de cualquier guerra se encuentran sobre todo en los errores y faltas de cálculo en tiempos de paz, y que estas causas tienen sus raíces en una ideología de confrontación y extremismo. Es tanto más importante que recordemos esto hoy, porque estas amenazas no son crecientemente menores, sino que sólo están transformándose y cambiando su aspecto. Estas nuevas amenazas, al igual que durante el Tercer Reich, muestran el mismo desprecio por la vida humana y la misma aspiración de establecer un diktat exclusivo sobre el mundo.”

-Vladimir Putin, 62 ° Aniversario del Día de la Victoria en Europa (9 de mayo de 2007)

Las divisiones percibidas como existentes durante la Guerra Fría no han desaparecido, sólo se han modificado y transformado. En Eurasia y más allá, una “Coalición de Reacios” ha evolucionado, desarrollada por cuestiones de interés mutuo, en una contra-alianza global. Rusia, China e Irán lideran esta coalición en Eurasia y el Medio Oriente. En América Latina y el Caribe son Venezuela y Cuba las que mantienen las banderas de la resistencia a la hegemonía geopolítica estadounidense.

En Eurasia, la OCS (Organización de Cooperación de Shanghai) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) (reagrupando a Rusia y varias ex repúblicas soviéticas) también se han ido moviendo hacia una posible fusión para contrarrestar a la OTAN. Un grupo en el hemisferio occidental liderado por Venezuela, que puede ser denominado Bloque Bolivariano, llamado originalmente Alternativa Bolivariana para las Américas o ALBA también se está expandiendo en América Latina y el Caribe.

Venezuela se ha unido a la coalición euroasiática de Teherán, Moscú y Pekín para formar un “Cuadrilátero Global “, que incluye a Caracas y América Latina. La reciente gira internacional de Hugo Chávez que lo vio visitar Bielorrusia, Ucrania, Irán, Rusia, Siria, Libia y Portugal forma parte de esta alianza. [3] Durante su estancia en Teherán, Chávez y Mahmoud Ahmadinejad declararon que Venezuela e Irán estaban trabajando por un orden global nuevo y alternativo. [4] Venezuela y Libia también han pedido reiteradamente la creación de una Organización del Tratado del Atlántico Sur entre África y los países de América del Sur para contrarrestar a la OTAN. [5]

La alianza entre Venezuela y los bolivarianos en las Américas y los euroasiáticos está dada por la resistencia mutua contra Estados Unidos. De acuerdo con la retórica del señor Chávez y sus aliados bolivarianos, su alianza es la que está en contra del “imperio norteamericano” y sus vasallos. Durante más de una década, Venezuela y el Bloque Bolivariano han estado ocupados consolidando lo que ellos llaman una política de “cuerdas de acero” para consolidar sus vínculos con sus aliados y socios en Eurasia y África.

Parte II de este Texto

La segunda parte de este texto ofrecerá una visión general de los múltiples frentes del “Gran Juego” de la actualidad y que constituye la base de la marcha hacia una guerra global. Examinará los frentes en diferentes regiones geográficas y geopolíticas.

Mahdi Darius Nazemroaya es sociólogo e investigador asociado del Centre for Research on Globalization (CRG), con sede en Montreal. Está especializado en temas de Oriente Próximo y Asia Central. Ha sido colaborador e invitado en las discusiones sobre Oriente Medio en numerosos programas y redes internacionales como Al Jazeera, Press TV, teleSUR y Russia Today. Permaneció en Libia durante la campaña de bombardeos de la OTAN, informando desde allí para varias cadenas de noticias. También es corresponsal especial de Flashpoints, un programa con sede en Berkeley, California. Sus artículos se han publicado en más de diez idiomas. Escribe también para la Strategic Culture Foundation (SCF) de Moscú.

Original en: Global Research

NOTAS

[1] Conrad Black, “Conrad Black: Israel’s morally inferior critics”, The National Post (Canada), June 5, 2010.
[2] Mahdi Darius Nazemroaya, “Did The Cold War End?” The Caucus, Vol. 10, No. 1 (Fall 2009): pp. 20-22.
[3] Sara Miller Llana, “Hugo Chávez embraces Iran and Syria, wins Russian support for nuclear program”, Christian Science Monitor, October 22, 2010.
[4] Robin Pomeroy, “Chavez and Ahmadinejad say united to change world order”, Reuters, October 21, 2010; Ian James , “Iran, Venezuela leaders seek ‘new world order’”, Associated Press (AP), October 20, 2010.
[5] “Venezuela summit criticises West”, British Broadcasting Corporation (BBC) News, September 27, 2009; Steven Bodzin and Daniel Cancel, “Chavez, Qaddafi Seek Africa-South America NATO, Bank”, Bloomberg, September 27, 2009; “President Chávez is Due in Libya this Saturday”, Tripoli Post, October 24, 2010.


About the author:

An award-winning author and geopolitical analyst, Mahdi Darius Nazemroaya is the author of The Globalization of NATO (Clarity Press) and a forthcoming book The War on Libya and the Re-Colonization of Africa. He has also contributed to several other books ranging from cultural critique to international relations. He is a Sociologist and Research Associate at the Centre for Research on Globalization (CRG), a contributor at the Strategic Culture Foundation (SCF), Moscow, and a member of the Scientific Committee of Geopolitica, Italy.

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