El FMI, presente y activo en Ucrania desde 1994, no quiere oír hablar de subidas salariales

Tras un poderoso movimiento insurreccional que desembocó en la destitución del presidente ucraniano Viktor Yanukovich, el nuevo Gobierno provisional establecido el 27 de febrero de 2014 ofrece al FMI la oportunidad de infligir una violenta cura de austeridad al pueblo ucraniano. Un mes después, incluso sin esperar a las elecciones, oscuras negociaciones con el Gobierno no elegido desembocaron en la adopción de políticas ultraliberales a cambio de un préstamo del FMI de entre 14.000 y 18.000 millones de dólares (entre 10.200 y 13.000 millones de euros) cuyo primer pago se preveía en el mes de abril.

Jalonando los tramos sucesivos del reembolso según un calendario confidencial, el aumento de las tarifas del gas, la congelación de los salarios y las pensiones de los funcionarios y muchas otras medidas dirigidas a transformar la política monetaria y presupuestaria, así como los sectores financiero y energético, deben someter al país al dogma capitalista promovido por la institución. A pesar del rechazo inicial de los diputados del Parlamento ucraniano el 27 de marzo, el impopular programa exigido por el FMI finalmente se adoptó tras febriles negociaciones.

A lo largo de su tumultuosa historia y a pesar de algunos éxitos, el FMI siempre se ha enfrentado a reticencias a sus exigencias desmesuradas. Incapaz de rematar sus dos últimos acuerdos, esta vez el FMI esperaba conseguir sus ajustes cualquiera que fuera el resultado de las elecciones programadas para dos meses después. Da igual que sus políticas diseminadas por todo el mundo provoquen el caos social, como en Grecia y otros lugares. La institución prosigue su camino devastador reverenciado por los gobernantes sumisos. Pretender instaurar la prosperidad y vencer la pobreza añadiendo nuevas políticas de austeridad en un Estado liberticida y endémicamente corrupto es inútil. El FMI, con todas las revueltas que ha desencadenado a lo largo de su historia, ya debería saber que la miseria no necesariamente vuelve dóciles a las personas y que nada impide que la plaza Maidan recupere su actividad. Pero en este terreno todo es posible, tanto que el FMI está dispuesto a soplar las brasas todavía calientes de la denominada «Revolución Maidan».

No es la primera vez que Ucrania se enfrenta a la dictadura del FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI), bien conocido en los países «empobrecidos» (también denominados países en desarrollo) por haber impulsado duros recortes presupuestarios que han exacerbado las crisis de la deuda en Asia y América Latina, también es temido por haberse implicado fuertemente en la ola de privatizaciones desastrosas de Europa del Este durante la transición postcomunista a principios de los años 90.

A partir de 1994 Ucrania llegó a un primer acuerdo con el FMI y en 1995 fue firmado un crédito de 1.490 millones de dólares del Fondo por el gobernador del banco central de la época, Viktor Yuschenko, antes de que se convirtiera en el líder de la famosa «Revolución Naranja». |1| Desde entonces, respaldada por su representación permanente en Kiev, la institución trabaja sin descanso en Ucrania y sean cuales sean los gobiernos establecidos impone su dictadura.

El FMI suspende un préstamo a Ucrania tras la decisión del Gobierno de aumentar el salario mínimo |2|

Desde que Ucrania se unió al FMI en septiembre de 1992, su relación está hecha de enfrentamientos y rupturas sobre el fondo de constantes y opacas negociaciones. Mientras la institución basada en Washington no soporta la idea de una suspensión de pagos por parte de los países endeudados, cierra con dureza el grifo del crédito y suspende sus remesas cuando los países no se pliegan a sus exigencias.

En noviembre de 2008, poco después de Islandia, Georgia y Hungría, Ucrania cayó en la trampa del FMI. A cambio de un préstamo |3| de 16.400 millones de dólares (13.000 millones de euros) en dos años, el Parlamento ucraniano fue obligado a adoptar un plan de «salvamento» draconiano, con privatizaciones y cortes presupuestarios. Obligaron a Ucrania a elevar la edad de jubilación de las mujeres de 55 a 60 años y a aumentar el 20% la tarifa del gas de la compañía Naftogaz.

Pero la subida del 11% del salario mínimo y el aumento de la renta básica un 12% a partir del 1 de noviembre, y después el 18% a partir de enero de 2010, pusieron nervioso al FMI, que bloqueó su programa. «Estoy muy preocupado por el acuerdo del presidente a ese proyecto de ley que pone fuera del circuito el programa que habíamos firmado. En esas circunstancias me temo que será muy difícil superar el próximo examen del programa» |4|, declaró el entonces director del Fondo Dominique Strauss-Kahn, quien por su parte se había subido el salario más del 7% a su llegada a la dirección del FMI. |5| Para justificar sus temores con respecto a Ucrania añadió: «Una reciente misión del Fondo en Ucrania ha llegado a la conclusión de que ciertas políticas en algunos ámbitos, como la nueva ley del salario mínimo, amenazan la estabilidad» del país. Y a continuación la agencia de calificación Standard & Poor’s emitió una nota negativa de la deuda de Ucrania. Cuando siguió un bloqueo del programa de privatizaciones la reacción del FMI no se hizo esperar y suspendió el pago del cuarto tramo de un montante de 3.800 millones de dólares, previsto en noviembre de 2009. Esperando buenos resultados después de haber mantenido una tasa de crecimiento medio del 7,5% del PIB de 2000 a 2007, Ucrania registró uno de los peores resultados económicos del mundo: el PIB cayó el 15% en 2009 y la producción industrial el 22%.

Jérôme Duval

Artigos en francés :

Partie 1

FMI UkraineLe FMI activement présent en Ukraine depuis 1994 ne veut pas entendre parler de hausse de salaire
Partie 2

FMI UkraineUKRAINE : Le FMI revient à la charge et impulse la réforme des retraitesLe FMI poursuit sa route en Ukraine(partie 2)
Partie 3

FMI UkraineLe FMI ou l’asphyxie du choix unique?, 27 avril 2014
Partie 4

La réforme sur la répartition des droits de vote du FMI est à nouveau bloquée par son actionnaire majoritaire

 

Partie 5

FMI Ukraine

Ukraine : le FMI passe en force au Parlement, 2 juin 2014

Traducido del francés para Rebelión por Caty R.

 

Notas

|1| Viktor Yuschenko asumió rapídamente la presidencia pero finalmente fue rechazado en las elecciones de 2010 en las que solo logró el 5,45% de los votos, los peores resultados conseguidos nunca por un presidente.

|2| Esta parte, revisada y actualizada, fue inicialmente publicada por el autor en el capítulo dedicado al FMI en el libro La dette ou la vie, Aden 2011, coordinado por Damien Millet y Éric Toussaint. El libro recibió el Premio del Libro Político de Liège 2011.

|3| Se trata de un préstamo Stand-By Arrangement de 11.000 millones de Special Drawing Rights (derechos especiales de giro), unidad monetaria de referencia del Fondo calculada sobre la base de una canasta de divisas. Leer la carta de intenciones firmada por el presidente Yusenko y la primera ministra de entonces Julia Timochenko: https://www.imf.org/external/np/loi/2008/ukr/103108.pdf

|4| Despacho de Reuters, «El presidente de Ucrania eleva el salario mínimo a pesar del FMI», 30 de octubre de 2009.

|5| El salario anual de Dominique Strauss-Kahn era de 440.980 euros, sin contar una indemnización de 79.120 dólares para gastos de representación. El salario anual de la francesa Christine Lagarde, que le sustituyó en su puesto es de 467.940 dólares (323.257 euros). Además recibe más de 83.760 dólares anuales (57.829 euros) para gastos de representación. En total, la directora roza los 551.700 dólares (380.989 euros) anuales libres de impuestos.


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About the author:

Jérôme Duval est membre du CADTM, Comité pour l’abolition des dettes illégitimes (www.cadtm.org) et de la PACD, la Plateforme d’Audit Citoyen de la Dette en Espagne (http://auditoriaciudadana.net/). Il est l’auteur avec Fátima Martín du livre Construcción europea al servicio de los mercados financieros, Icaria editorial 2016 et est également coauteur de l’ouvrage La Dette ou la Vie, (Aden-CADTM, 2011), livre collectif coordonné par Damien Millet et Eric Toussaint qui a reçu le Prix du livre politique à la Foire du livre politique de Liège en 2011.

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